Leo y releo su respuesta, como quien contempla un tesoro. Un trocito de ella viene en esas pocas palabras, a modo de magnífico regalo. No puedo evitar sonreír cuando leo su 'carita sonriente'. Ni dejar de pensar en su carita sonriente, la de verdad. Carita sonriente. Así es como la describiría si alguien me lo preguntara. La maravillosa chica de la carita sonriente.
La chica de la carita sonriente, la misma que se ha metido tan dentro de mí que no sé cómo sacarla. La que coloniza mis sueños noche sí noche también. El último me gusta especialmente. En él, apareces con mi futura ahijada, que está aún por nacer. Tú riendo y jugando con ella, recién nacida, y yo, embobado, mirándoos a las dos. Nada me gustaría más que verlo hecho realidad...
Nadie más afortunado
que quien se ha rendido a tu amistad
Y al murmullo de tus manos
que siempre he de mimar
que quien se ha rendido a tu amistad
Y al murmullo de tus manos
que siempre he de mimar
Apoyado en la ventana
Tapizada en noche y luna me dormí
Regresé a mi fantasía
donde te vi reír
Tapizada en noche y luna me dormí
Regresé a mi fantasía
donde te vi reír
Antonio Vega - Murmullo de tus manos
No hay comentarios:
Publicar un comentario